Insfrán fue héroe en Núñez y Gimnasia hizo historia en el Monumental

Por Alvaro Grigioni (@AlvaroGrigioni) para el MIG
Fotos/Videos Jorge Liberatore – Luis Ghizzoni – Gimnasia Oficial
Gimnasia volvió a sonreír en el momento más inesperado. En un Monumental repleto, el Lobo dio el golpe y venció 1 a 0 a River, consiguiendo un triunfo histórico que no lograba desde hace 20 años. En un partido cargado de tensión, Marcelo Torres marcó de penal y Nelson Insfrán se vistió de héroe al atajarle un penal agónico a Miguel Borja en tiempo adicionado.
El encuentro, correspondiente a la Fecha 14 del Torneo Clausura, tuvo todos los condimentos de una noche inolvidable. El equipo de Fernando Zaniratto, golpeado por la derrota en el clásico y la crisis institucional, llegaba con la soga al cuello en la lucha por el descenso, pero terminó firmando una de las victorias más resonantes de los últimos años.
El primer tiempo fue chato y cerrado. Gimnasia se replegó con orden, dejando que la presión recaiga sobre el local. River, con poco juego y muchas dudas, apenas inquietó el arco tripero. Insfrán respondió cada vez que lo exigieron y el Lobo, con más sacrificio que fútbol, logró irse al descanso sin sobresaltos.
En el complemento, el equipo platense encontró su premio. A los 7 minutos, tras una jugada rápida sobre la izquierda, Merlini fue derribado en el área por Portillo y, tras revisar en el VAR, Arasa cobró penal. Desde los doce pasos, Marcelo Torres definió con categoría y puso el 1 a 0 que desató el delirio de todos los triperos.
De ahí en adelante, fue sufrir. Gimnasia se cerró atrás, resistió con alma y vida ante los centros del local y apostó todo al sacrificio. La terna arbitral, tomó la decisión de adicionar 9 minutos, lo cual fue completamente absurdo y logró que el banco entero de Gimnasia se le avalanche al cuarto árbitro reclamándole esa acción que no tuvo ni pies ni cabeza.
Cuando el reloj marcaba el minuto 96, Arasa sancionó un penal insólito de Suso contra Martínez Quarta. La decisión generó bronca y protestas, pero Insfrán —en modo héroe— le adivinó el remate a Borja y selló un triunfo para la historia.
El pitazo final desató la locura. Jugadores abrazados, lágrimas y un desahogo que se hizo esperar dos décadas. Gimnasia no solo rompió una racha maldita en el Monumental, sino que consiguió tres puntos vitales en la pelea por la permanencia y un envión anímico gigante para lo que viene.
El Lobo volvió a rugir. Después de 20 años, ganó en Núñez y, con el corazón como bandera, sigue soñando con quedarse en Primera.

























