RECORD HISTORICO DE NO PARTICIPACIÓN EN EL CIRCO ELECTORAL DESDE 1983: EL 33% DE LOS ARGENTINOS HABILITADOS PARA VOTAR NO ASISTIÓ

Por Alberto Raimundi
En estas infames “paso” 2021, el 33% del electorado no asistió a votar.
Más allá de la “obligatoriedad” de votar -contradictoria al espíritu de esa supuesta “democracia” a la que todos dicen adherir y defender-, lo cierto es que desde 1983 a la fecha, la asistencia a votar viene en una pendiente leve, pero sostenida, aunque desde los sectores politiqueros y sus cómplices, los medios hegemónicos, se omite por un lado y, por otro, se esgrimen argumentos falsos, jamás sometidos a una rigurosa investigación, ajustados a sus intereses.
Y eso que la politiquería viene haciendo lo imposible para ampliar su caudal de “clientes” y modificar esta tendencia clara a como dé lugar, como por ejemplo la reducción de 18 a 16 años de edad como requisito para poder votar, una barbaridad por donde se la mire, y varias tretas más.

Siempre hay una excusa para engañar a la gente, hoy la culpa parece ser la existencia de un supuesto “sars cov 2” y sus insólitas e inverosímiles “variantes”, que aparecen y desaparecen según convenga a los sectores de poder -que no son estos que la gente vota pensando que está eligiendo a sus gobernantes, cuando solo está decidiendo quienes serán los próximos “gerentes” del poder real externo-, y que son un riesgo enorme para determinadas actividades y nada riesgosos para otras.
Recordemos que este circo electoral -que comprobadamente en la realidad histórica y presente, no trae ninguna solución a los argentinos- este año nos va a costar 17.200 millones de pesos, más los gastos extra por medidas sanitarias para “cuidar” a los votantes de un “virus” que jamás fue aislado y secuenciado científicamente.
La verdad es que, en la cabeza de los argentinos, cada día cobra más realidad aquella reflexión que reza: “Si votar sirviera para algo, ya estaría prohibido”, la que se atribuye a tantas personas que ya no se sabe a ciencia cierta quien fue su verdadero autor, lo que en definitiva es lo que menos importa. Lo verdaderamente importante es que es totalmente cierta.