Por Alvaro Grigioni (@AlvaroGrigioni) para el MIG
Fotos Gimnasia Oficial
El clásico número 190 no se tiñó de azul y blanco porque el Lobo volvió a perder, esta vez 2-0 en el estadio de los de bastones, y dejó nuevamente una imagen pobre que agiganta la crisis. Los goles de Edwuin Cetré y Guido Carrillo marcaron un partido para el olvido del equipo platense.
El primer tiempo fue de trámite desequilibrado. Nosotros, tan retrasados, tan imprecisos que la iniciativa le quedó al local sin quererla. Y cuando el clásico aparecía para el Lobo como revancha, casi al cierre del primer acto apareció Cetré, de cabeza, para abrir el marcador justo antes del descanso.
En el complemento, con el panorama cuesta arriba, el equipo mandaba en titulares un nuevo entrenador interino, y eso se notó. Sin identidad ni respuestas colectivas, los de blanco y azul supieron administrar la ventaja y salir de contragolpe con peligro. Y a los 7 minutos del segundo tiempo, Carrillo liquidó con una jugada que arrancó desde un error defensivo nuestro. 2-0.
El resto fue lotería para el Lobo. El clásico, esa instancia donde todo vale, se convirtió en otra oportunidad desperdiciada: sin reacción, sin gol, sin orgullo plenamente visible. Y lo que empezó como una búsqueda de despegue terminó siendo otro tropiezo que hunde más a la institución en la tabla y en la credibilidad.
El final obligará a mirar para atrás, entender lo que falla y ver quién da la cara. La derrota pesa, la clave será levantarse pronto. Pero hoy, el Lobo se quedó sin aliento en un clásico que debía ganar.
